13 de marzo, un año lleno de aprendizaje
Eran las 10 de la noche – aproximadamente – del 13 de marzo de 2020. Era sábado y todos estábamos pendientes de la comparecencia del presidente del gobierno, Pedro Sánchez.
Esa semana había sido rara, ya se podía percibir el miedo en el rostro de las personas a la vez que muchas otras seguían restándole importancia a eso del coronavirus, sin ser conscientes de lo que estaba por venir.
Empezaban a llegar los primeros pacientes a los hospitales y las urgencias no tardarían en colapsarse 48 horas más tarde. Las empresas mandaban a sus trabajadores a casa implementando el teletrabajo en tiempo récord para asegurar la continuidad de sus negocios. Los colegios, universidades y guarderías cerraban sus puertas.
También lo harían la hostelería; centros comerciales; peluquerías; lugares de ocio como parques y servicios en ese momento, declarados como no esenciales.
Y así, llegó el momento que nunca pensamos que fuese a hacerse realidad:
Pedro Sánchez: «Acabo de comunicar al jefe del Estado, la celebración mañana de un Consejo de Ministros extraordinario para decretar el Estado de Alarma en todo nuestro país»
El coronavirus se había colado de lleno en las vidas de todos y cada uno de nosotros. Sin esperarlo, puso nuestras vidas en pausa llenando desde entonces nuestros días de miedo y prevención.
Llegó con ganas de protagonismo y lo consiguió. Tuvimos que quedarnos en casa, tuvimos que dejar de abrazar a nuestros seres queridos, tuvimos que dejar de besar a nuestros amigos, tuvimos que dejar de viajar, tuvimos que perder trabajos.
Las calles se quedaron vacías y vimos escenas que parecían sacadas de una película de ciencia ficción.
Cuando todo se complicó y fuimos realmente conscientes de lo que teníamos encima, llegó ella, la tecnología.
La tecnología se convirtió en nuestro salvavidas
Durante el periodo de confinamiento vivido durante los meses de marzo y abril, la tecnología fue nuestra gran aliada para mantener el contacto con nuestros seres queridos y para que aquellos pacientes que estaban ingresados y solos pudieran ver, por última vez, a sus familiares.
En un momento de aislamiento total, disponer de un ordenador, una Tablet, un móvil y conexión a internet se convirtió en nuestro salvavidas. Además de mantenernos unidos con los nuestros, hizo posible que pudiésemos seguir trabajando o estudiando desde casa.
Gracias a ella, nuestras reuniones de trabajo siguieron en pie y en un momento en el que salir a la calle estaba prohibido, pudimos hacer compras online, rutinas deportivas, talleres, tutoriales…
Un año después, la pandemia sigue conviviendo con nosotros y seguimos teniendo restricciones de movilidad por el riesgo de contagios, por lo que la tecnología sigue siendo nuestra mejor aliada para marcar los nuevos hábitos de consumo, trabajo y aprendizaje.
Ahora, más que nunca, somos conscientes de que el mundo ha cambiado y de que la tecnología juega un papel importante en este cambio.
A ella, después de un año tan duro, tenemos mucho que agradecerle porque cuando más separados estuvimos, ella estuvo ahí para unirnos.
Grupo Tecon.
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