Aspectos clave para diseñar una arquitectura en Azure
¿Te imaginas poder crear aplicaciones que se ejecuten en la nube, sin tener que preocuparte por los servidores, el almacenamiento, la red o la seguridad? ¿Te interesa aprende cómo diseñar soluciones en la nube que sean eficientes, confiables y seguras? Pues en este post, vamos a aprender cómo conseguirlo, con los conceptos básicos para crear una arquitectura en Azure, la plataforma de servicios en la nube de Microsoft.
Azure nos ofrece una gran variedad de servicios que podemos utilizar para desarrollar, desplegar y gestionar nuestras aplicaciones en la nube. Pero para aprovechar al máximo las ventajas de la nube, debemos seguir unas buenas prácticas y unos criterios de diseño que nos ayuden a crear soluciones que se adapten a nuestras necesidades y objetivos.
A continuación, vamos a ver los pilares de una solución en la nube, los principios y patrones de diseño para la nube, y los criterios de elección de la tecnología correcta. Al finalizar este post, tendrás una visión general de cómo crear una arquitectura en Azure, y podrás profundizar más en los recursos e información que te proporcionaremos. ¿Estás listo? Pues vamos allá.
Los pilares básicos para una arquitectura en Azure
A la hora de diseñar una solución en la nube, no hay una arquitectura única y definitiva. Sin embargo, si que hay ciertos criterios ampliamente aceptados que se pueden aplicar, sin importar las tecnologías o los proveedores de servicios en la nube que se elijan. Los cuatro fundamentos que hay que tener en cuenta de una arquitectura en Azure son:
- Seguridad: Se refiere a la protección de los datos y los recursos frente a amenazas externas o internas, mediante el uso de mecanismos de autenticación, autorización, cifrado, auditoría y cumplimiento normativo.
- Escalabilidad: Se refiere a la capacidad de adaptar el tamaño y el rendimiento de los recursos según las demandas del sistema, ya sea aumentando o disminuyendo el número o la potencia de los mismos.
- Disponibilidad: Se refiere a la capacidad de garantizar el acceso continuo y sin interrupciones a los datos y los servicios, mediante el uso de técnicas de redundancia, balanceo de carga, recuperación ante desastres y tolerancia a fallos.
- Operaciones: Se refiere a la capacidad de monitorizar, gestionar y optimizar el funcionamiento del sistema, mediante el uso de herramientas de automatización, análisis, alertas y resolución de problemas.
Estos cuatro pilares son fundamentales para diseñar una arquitectura en Azure que sea confiable, segura y flexible sobre la que construir nuestras aplicaciones.
El diseño para una buena arquitectura en Azure
El desarrollo de aplicaciones se está transformando con la nube. En lugar de crear aplicaciones monolíticas, ahora las descomponemos en componentes más pequeños para aprovechar mejor las posibilidades que nos brinda la nube. Además, cada vez integramos más con servicios de terceros que están disponibles como APIs. Esto nos supone nuevos desafíos para nuestras soluciones, como: estado distribuido, diferentes APIs con sus propios sistemas de autenticación, operaciones asíncronas.
En este contexto, nuestras aplicaciones tienen que ser resilientes, recuperarse rápidamente de los errores; el despliegue tiene que estar automatizado y ser predecible; la monitorización y la evaluación de métricas clave es esencial para la solución y prevención de problemas.
Para lograr estos objetivos, podemos seguir algunos principios de diseño para la nube, tales como:
- Modularidad: Dividir las aplicaciones en módulos independientes y cohesivos que se comuniquen mediante interfaces bien definidas.
- Elasticidad: Diseñar las aplicaciones para que puedan escalar horizontalmente, añadiendo o quitando instancias según la demanda.
- Resiliencia: Diseñar las aplicaciones para que puedan tolerar y recuperarse de los fallos, utilizando técnicas como circuit breaker, retry o fallback.
- Automatización: Automatizar los procesos de despliegue, configuración, pruebas y actualización de las aplicaciones, utilizando herramientas como Azure DevOps o GitHub Actions.
- Observabilidad: Monitorizar el estado y el comportamiento de las aplicaciones, utilizando herramientas como Azure Monitor o Application Insights.
Además, podemos utilizar algunos patrones de diseño que nos ayuden a resolver problemas comunes en la nube, tales como:
- CQRS: Separar las operaciones de lectura y escritura en diferentes modelos o servicios, para mejorar el rendimiento y la escalabilidad.
- Event sourcing: Almacenar los cambios en el estado del sistema como una secuencia de eventos, para facilitar el análisis y la auditoría.
- Microservicios: Descomponer las aplicaciones en servicios pequeños y autónomos que se ejecuten en contenedores o funciones sin servidor, para aumentar la agilidad y la flexibilidad.
- API gateway: Utilizar un servicio intermediario que actúe como punto de entrada único a las APIs de los servicios internos, para simplificar la gestión y la seguridad.
La elección de tecnología correcta
Azure nos ofrece una gran variedad de servicios que podemos utilizar para implementar nuestra arquitectura en la nube. Sin embargo, no todos los servicios son adecuados para todos los escenarios, y debemos elegir aquellos que mejor se adapten a nuestras necesidades y objetivos. Para ello, podemos seguir algunos criterios de elección, tales como:
- Requisitos funcionales: Se refieren a las características y capacidades que debe tener el servicio, como el tipo de proceso, almacenamiento, mensajería o IoT que necesitamos.
- Requisitos no funcionales: Se refieren a las propiedades y restricciones que debe cumplir el servicio, como el rendimiento, la disponibilidad, la seguridad o el coste que esperamos.
- Requisitos operativos: Se refieren a las actividades y responsabilidades que implica el uso del servicio, como el despliegue, la configuración, la monitorización o la actualización que debemos realizar.
En función de estos criterios, podemos comparar y contrastar las diferentes opciones que nos ofrece Azure, y elegir la más adecuada a cada caso. Por ejemplo, si queremos elegir un servicio de proceso, podemos optar por:
- Máquinas virtuales: Nos permiten ejecutar aplicaciones en servidores virtuales que podemos personalizar y administrar completamente. Son adecuadas para escenarios que requieren un alto grado de control y flexibilidad, pero también implican una mayor complejidad y coste.
- Servicios de contenedores: Nos permiten ejecutar aplicaciones en contenedores que se gestionan mediante orquestadores como Kubernetes o Service Fabric. Son adecuados para escenarios que requieren una alta escalabilidad y portabilidad, pero también requieren una mayor experiencia y conocimiento.
- Servicios sin servidor: Nos permiten ejecutar aplicaciones en funciones o eventos que se ejecutan bajo demanda y se escalan automáticamente. Son idóneos para escenarios que requieren una baja latencia y un bajo coste, pero también tienen algunas limitaciones y restricciones.
¡Esperamos que pronto puedas disfrutar de los beneficios de Azure! Si quieres saber más sobre cómo Azure puede mejorar tu negocio, no dudes en contactarnos para obtener más información escribiéndonos a comunicacion@grupotecon.com o llamándonos al 967 50 50 24.
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